Simplemente espectacular, una pelicula estupenda, trama (historia) triste y a la vez feliz, de alegria. Esta pelicula al menos te sacara una lagrima o una sonrisa.
La pelicula es un remake de Hachikō Monogatari de 1987, se centra en Parker Wilson, un profesor que encuentra a un perro de raza Akita. El profesor de un principio no lo queria, incluso queria regalarlo, pero esta amistad y amor fue creciendo hasta el punto en el que se lo quedo, siempre lo acompañaba hasta la estacion de tren cuando este se iba a trabajar. La pelicula tambien muestra el crecimiento de Hachiko, pero un dia normal este ya no regresa porque sufrio un infarto del que no se pudo componer, pero Hachiko lo sigue esperando durante 9 años...
Ya no les cuento mas porque les estaria contando toda la pelicula.
Esta historia en verdad existio en Japon.
A este mismo le hicieron una estatua en la misma entrada a la estacion del tren, esta permancece alli hasta nuestros dias e incluso el 8 de marzo de cada año se conmemora a Hachikō en la plaza frente a la estación de trenes de Shibuya, tambien hay otra estatua al frente de la estacion de trenes de Odate donde por ahi hachiko habia nacido.
Aunque paresca ficticio, creanlo porque hay demasiados casos de estos, entre los que destacan estos: (Se pueden encontrar en wikipedia: Hachiko)
-Greyfriars Bobby, un perro Skye Terrier que permaneció junto a la tumba de su dueño John Gray en el cementerio Greyfriars, Escocia, hasta su muerte en 1872, 14 años después de la de su amo.
-En Campiglia Marittima (Italia), un perro llamado Lampo (‘relámpago’, en italiano), fue fiel a Elvio Barlettani, quien trabaja en la estación de trenes de la localidad. Lo acompañaba a todas partes, e incluso abordaba los trenes para ir de un lugar a otro y regresaba, hasta que el 22 de julio de 1961 murió atropellado por un tren. Barlettani escribió un libro narrando sus experiencias. Hay una estatua en su honor en la estación de Campiglia Marittima, desde entonces es conocido como Lampo, il cane viaggiatore (‘el perro viajero’).
-En Cádiz, España se produjo el caso de Canelo que, en 1990, iba junto con su amo al Hospital Puerta del Mar para recibir su tratamiento periódico de diálisis, hasta que un día su dueño tuvo muchas complicaciones y fue internado en ese mismo hospital donde Canelo también lo esperó y el hombre falleció. Después de esto Canelo se negó a moverse y siguió esperando al dueño durante 12 años, incluso vecinos intentaron adoptarlo pero el perro regresaba a la puerta del hospital y una perrera se lo llevó pero fue tanta la insistencia de la gente que lo liberarán y regresó al lugar hasta que el 9 de diciembre de 2002, falleció al ser atropellado por un vehículo, cuyo conductor se dio a la fuga. En su honor se puso su nombre a una calle, en la cual se instaló una placa conmemorativa de bronce.
-En Uruguay está la historia de Gaucho, un perro color negro, quien recorrió más de 50 kilómetros hasta el hospital en el que estaba internado su amo y permaneció allí hasta el día en que su amo falleció; luego, el noble animal lo acompañó durante su velatorio y hasta el lugar donde recibiría sepultura. En el cementerio, Gaucho custodió aquella sepultura durante varios años, salía en las mañanas a recoger algún alimento que el pueblo le brindara, recorría calle Rivera, Plaza Artigas, La Picada y algunas veces la 18 de Julio, para volver de tarde otra vez junto a la tumba de su amo en el cementerio. Esto fue así todos los días hasta la muerte de Gaucho en 1989. Los pobladores de Durazno erigieron un monumento en honor a Gaucho, frente al cementerio en el que pasó sus últimos años.
-En Teresópolis, Estado de Río de Janeiro, Brasil, un perro cuyo nombre es Leão (que significa ‘león’ en portugués) sigue junto a la tumba de su dueña Cristina Maria Cesario Santana, quien fue una de las más de 630 víctimas mortales de las inundaciones y aludes del 17 de enero de 2011 en el estado carioca.
-En Villa Carlos Paz, Argentina, Capitán, un perro mestizo, acude a dormir todas las noches junto a la tumba de su dueño Miguel Guzmán desde el fallecimiento de este en 2006.
-En Cochabamba, Bolivia, un perro de raza criolla espera todos los días en la jardinera central de la Avenida Papa Paulo (zona este de la ciudad) a escasos metros del lugar del accidente y posterior muerte de su dueño un Universitario. Comerciantes y vecinos se encariñaron con él, lo alimentan, le dan agua, se preocupan cuando se enferma y hace poco hicieron una colecta para llevarlo al veterinario. Las amas de casa le llevan pan y salchichas, pero a él le gusta el menú que le sirven en el frial Marcela, próximo al mercado público. Todos los días a las ocho de la mañana, el dueño, le da un plato lleno de agua y cuellos de pollo crudo. Él bebe el agua, toma una presa y vuelve a la jardinera donde vio caer a su amo, para comer allí, como si no quisiera perderse el posible retorno de su dueño.
*Calificacion: 9.6/10
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